¡¡ESTAMOS DE
ANIVERSARIO!! La semana pasada mi esposo y yo celebramos 17 años de matrimonio.
Nuestras hijas nos dieron un regalo de aniversario adorable: una representación
del día de nuestra boda (¡ y con helado!):
Pasaron por mi mente
distintos momentos, desde ese día hasta la última factura que pagué la semana
pasada, pasando por el nacimiento de nuestro primer hijo, la primera mudanza, las
vacaciones, la primera navidad o la primera urgencia en el hospital…. Así que
en medio de mis emociones le pregunté a mi esposo:
- ¿Y ha sido como te lo
esperabas?
Sonrió, me miró y escuchamos juntos.
En el fondo se escuchaban nuestros hijos: unos riendo y otros peleando “¡Porque
me miró y no me gusta!”. Por supuesto 3 segundos después oímos el infalible:” ¡MAMÁÁÁÁÁ´!!
para que fuese a resolver el conflicto. Recordé entonces que tenía que preparar
la cena, firmar unas autorizaciones, poner la ropa en la secadora y apurarme
porque teníamos que hacer el mercado y llevar a nuestros adolescentes a la
Mutual. No, la verdad creo que no era como lo esperábamos. Cuando nos
embarcamos en esta aventura llamada matrimonio sentíamos que teníamos el mundo
en las manos. No teníamos mucho, pero estábamos enamorados, teníamos energía y
yo estaba convencida que iba a ser la mejor esposa y la mejor madre del mundo.
No tardamos mucho en entender que las cosas no siempre resultan como las
planificamos, la vida real es simplemente REAL: Esa cena PERFECTA se quema, las
vacaciones PERFECTAS terminan con una visita al médico porque no sabías que
había hiedra venenosa donde estaban jugando, la Noche de Hogar PERFECTA que
tardaste toda la tarde preparando termina en aviones de papel, los días antes
de la navidad PERFECTA hay tormenta y se dañan las líneas eléctricas (y no has
terminado los regalos que decidiste hacer tu misma para crear recuerdos y
tradiciones), la salida romántica PERFECTA con tu esposo se cancela porque
descubres que tu hija es asmática y vuelves al hospital…..Entonces te
preguntas, ¿las familias perfectas existen? Sí, si existen, yo tengo una:
UNA FAMILIA
PERFECTAMENTE NORMAL
Yo creo que
la perfección se encuentra en enfrentar y superar los desafíos que se presentan
día a día, en saborear esos momentos pequeños y grandes que traen gozo: una
sonrisa pícara, un collar de pasta, una florecita del jardín, una cena
familiar, una conversación sincera, un autorretrato hecho por tu hijo (aun
cuando lo haya hecho con un marcador permanente en la pared recién pintada), el
picnic en el suelo del salón porque está nevando afuera o el regalo de
aniversario de tus hijas. Sí, ese famoso “Y vivieron felices para siempre” es
al estilo Shrek: viene acompañado de pañales sucios, platos por lavar, juguetes
que guardar, niños que atender, horas sin dormir, comidas que preparar,
lágrimas que enjuagar, consejos que dar; pero cuando pones todo eso en una
balanza te das cuenta que los momentos felices pesan más, que las pruebas de la
vida te han ayudado a crecer y a madurar, que has aprendido lecciones
invaluables y que la tristeza es necesaria para poder comprender la felicidad.
Vuelvo a mi
pregunta inicial:
- ¿Y ha sido
como te lo esperabas?
Suspiró y me
dijo:
-Definitivamente
no. Ha sido mucho mejor porque estoy contigo.
Porque a fin
de cuentas el cuento de hadas no termina cuando nos casamos, tan solo empieza.
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